Mi primer telescopio llegó una Navidad hace 20 años. No era muy sofisticado pero a través de él descubrí que existen cosas más allá de las que los ojos pueden ver.

Dibujo de Johannes Hevelius con un telescopio (Selenographia: sive Lunæ descriptio, 1647).
Ese día supe exactamente lo que le iba a pedir a los Reyes Magos. Ahí estaba, un flamante telescopio tasco color rojo con tripié de madera posando sobre un estante. Fue amor a primera vista.